Un equipo internacional de astrónomos usó el Atacama Large
Millimeter/submillimeter Array (ALMA) para observar zonas de formación
estelar en la galaxia cercana NGC 6822. Las nuevas observaciones
revelaron la estructura de nubes de gas incubador de estrellas con un
gran nivel de detalle, lo que permitió compararlas con regiones
similares de nuestra galaxia. Los resultados indican que las
características físicas de los procesos de formación estelar de las
galaxias prístinas y de baja masa (a partir de las cuales se forman
galaxias más masivas) pueden ser iguales a las de nuestra propia
galaxia.
Este montaje muestras cuatro nubes de
gas en las que se están formando estrellas en NGC 6822. (Crédito: ESO,
ALMA (ESO/NAOJ/NRAO)/A. Schruba, VLA (NRAO)/Y. Bagetakos/Little THINGS)
Las observaciones anteriores de la Vía Láctea han revelado que las
estrellas se forman en densos núcleos de nubes de gas gigantes, donde el
gas puede bajar a temperaturas lo suficientemente frías como para que
se produzca un colapso gravitacional. Estas mismas condiciones propician
la formación de moléculas indispensables para detectar gas en las
galaxias durante las observaciones.
Sin embargo, hasta ahora no se había logrado alcanzar un nivel de
resolución suficiente para estudiar los procesos de formación estelar
fuera de la Vía Láctea. Mientras las más alejadas se ven más pequeñas,
las más cercanas a la Vía Láctea tienen poca masa, producen pocas
estrellas y su gas no es tan rico en elementos pesados, con lo cual es
aún más difícil observarlas. Estas condiciones tan prístinas no solo se
traducen en una escasez de moléculas, sino que además constituyen un
entorno poco propicio para la presencia de gas frío, lo que también
dificulta considerablemente la formación de estrellas.
ALMA permitió superar estos obstáculos observacionales proporcionando
imágenes dos veces más detalladas que lo logrado hasta ahora. Sus
antenas se orientaron hacia NGC 6822, una pequeña galaxia situada a 1,5
millones de años luz que tiene 500 veces menos masa que la Vía Láctea.
Los datos recabados revelaron una plétora de pequeños núcleos densos en
las zonas de formación estelar con rastros de moléculas limitados a los
núcleos más densos. Allí, estas moléculas ocupan un volumen mucho más
pequeño que en nubes incubadoras como la de Orión.
“La diferencia entre las nubes de gas incubador de estrellas de NGC 6822 y las de nuestra galaxia es sorprendente”, afirma Andreas Schruba, quien dirigió el equipo de investigación en el Instituto Max Plank de Física Extraterrestre (MPE, en su sigla en inglés). “Las moléculas observadas se encuentran solo en núcleos muy pequeños y densos, de ahí que las observaciones anteriores hayan sido infructuosas”.
La alta capacidad de resolución espectral de ALMA llevó a otro
hallazgo importante e inesperado: a pesar de la diferencia en la
distribución molecular, los densos núcleos de gas presentan las mismas
características cinemáticas que las estructuras de tamaño similar de
nuestra galaxia. “A partir del ancho de las líneas moleculares podemos
deducir las propiedades cinemáticas del gas presente en estos núcleos”,
explica Andreas Schruba. “Este hallazgo es la prueba observacional más
fehaciente que tenemos de que la evolución en el tiempo y las
condiciones físicas de los procesos de formación estelar de estas
galaxias de baja masa son similares a las de la Vía Láctea”.
Así, estas observaciones proporcionan importantes indicios para
entender los procesos de formación estelar de las galaxias de baja masa a
partir de las cuales se forman galaxias más masivas como la Vía Láctea.
Y estos indicios ayudan a interpretar las observaciones de galaxias más
distantes realizadas a menor resolución.
ALMA/DICYT
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